Era sábado noche y había quedado con la gente de mi trabajo, gente joven, deportiva, sanota. A las 11:30 era la cita en casa de dos de ellos, casi me arrepiento a última hora, eso de quedar tan tarde ya no va mucho conmigo, pero porque no, quería probar lo que era volver a salir sin ninguna restricción y pasármelo bien. La noche comenzó con un juego que hacía siglos que no jugaba: “el mentiroso”, si mientes y te pillan tienes que beber un chupito, y así pasó el tiempo entres risas y alcohol. Después de tres horas, nos dispusimos a salir, como no conozco muy bien la ciudad no me tocó conducir y Eva y yo nos metimos en el típico coche macarrilla con equipo “discoteca” que tanto me molestan cuando los veo pasar. El asiento de atrás parecía que se iba a desmontar de un momento a otro e íbamos a salir volando…nos entró la risa floja, no podíamos parar de lo absurdo de la situación.
Llegamos al primer bar, no puedo recordar muy bien la música que sonaba, sólo se que no estaba mal, o por lo menos se podía escuchar. Soy un poco especial respecto a esto, no soporto los bares con música “vulgar” intragable, pero sería la luna o el alcohol o mismamente esa noche pasaba de todo…no me importaba nada y todo me parecía bien, al fin y al cabo ahí estaba un poco de prestado y me sentía una observadora de la noche, de los personajes nocturnos que noche tras noche salen a “divertirse”?...
A la hora hablaron de una discoteca que estaba al otro lado de la ciudad y allí nos dirigimos de nuevo en el "coche discoteca"…paseo en balde…estaba vacía y regresamos…esta vez en otro coche con una pelota enorme en el asiento de atrás que nos hacía estar oprimidos unos contra otros…más risas…pero sin música, por suerte.
Provengo de un lugar donde casi hay más bares que habitantes, y eso de hacer cola para poder acceder a un “garito” me parece extraterrestre, pero aquí parece que es normal, así que, después de estar un buen rato en la puerta, nos introducimos en un bar abarrotado de gente, humo y sudor (…y para esto tanto esperar?) no importaba, la noche continuaba y yo seguía relajada. Nos posicionamos al final de la barra, que suerte! pude sentarme en un taburete y allí me plante, de nuevo observando el panorama: al fondo en lo alto se podía ver a un discjockey que no estaba nada mal, debajo un chiquito mezcla de chino-occidental y a mi alrededor un grupito de amigos que se metían mano sin ningún perjuicio y sin ninguna pinta de ser gay, (lo que hacen las drogas). Uno de ellos se me plantó delante para pedir una copa al camarero, y siguiendo la misma dinámica del grupo, otro le plantó la mano en el paquete, yo levante las manos mostrándole mi cara de inocencia, e insinuándole que estaba entre asombrada y encantada de ver lo bien que se llevaban entre ellos, parecían jugadores de fútbol que acaban de marcar un gol... Entonces me presentó a un tercero que se instaló entre mis piernas y empezó a comerme la oreja con habladurías de quedar al día siguiente por la tarde, o de irnos en ese momento… un sinfín de comentarios que no acababa de entender la mayoría de ellos…era argentino y tengo problemas para acostumbrarme a su acento y expresiones propias. De nuevo me dejé llevar y le di mi teléfono…porque no? Deseaba algo así desde hacía tiempo, un chico guapo, osado, sin complicaciones y que se dejara llevar por el deseo. Salí de nuevo a la calle a buscar en el bar de al lado a mis compañeros nocturnos que se habían marchado hacía un rato entre sonrisas y miradas pícaras. Cuando llegué todo fueron risas y “envidias” (sanas) por haber ligado la primera noche que salía con ellos…aunque yo no lo tenía muy claro…había ligado o no? De momento solo teníamos nuestros respectivos teléfonos…
Llegamos a su casa y sin mediar casi palabras nos empezamos a besar…sus besos sabían a menta y a alcohol…labios carnosos que me hacían vibrar…sus manos empezaron a deslizarse entre mi cuerpo…nos fundimos en uno durante el resto de la noche…yo admiraba su cuerpo hermoso, cuidado, de deportista, y él me abrazaba y me poseía.
Nos despedimos en la puerta de su casa, con un beso, sin ningún comentario…todo había transcurrido como un encuentro fortuito entre antiguos amantes que se dejaron de nuevo llevar por la seducción de la noche…por la luna llena…por el eclipse lunar…